martes, 1 de noviembre de 2016

El Panteón. Iglesia de Santa María de los Mártires



La Solemnidad de Todos los Santos que hoy celebramos tiene su origen en la ciudad de Roma, cuando las reliquias de los santos dispersos en los alrededores de la ciudad fueron reunidos en el antiguo Panteón de Agripa. Este impresionante edificio pagano, de hecho, fue convertido en templo cristiano al comienzo de la Edad Media. ¿Cómo?

Se sabe de una reparación realizada por Antonino Pío. Por otra parte, una inscripción de menores dimensiones recuerda otra restauración a cargo de Septimio Severo en 202. El edificio se salvó de la destrucción a principios de la Edad Media, porque el emperador bizantino Focas lo donó al papa Bonifacio IV en el año 608, que lo transformó en iglesia cristiana (Santa María de los Mártires). Es el primer caso de un templo pagano convertido al culto cristiano. Por esta razón fue el único edificio de la Antigua Roma que permaneció intacto y en uso ininterrumpido.


En el siglo XV, el panteón es enriquecido con frescos: el más notable el de La Anunciación de Melozzo da Forlì, colocado en la primera capilla a la derecha de la entrada. En 1435 se lleva a cabo la demolición de las construcciones medievales anexas. A partir del Renacimiento el panteón es utilizado como sede de la Academia de los Virtuosos de Roma, sirviendo de sepulcro a grandes artistas italianos como Rafael o Vignola.

En la Solemnidad de Pentecostés, se celebra un peculiar rito en dicho templo: la lluvia de pétalos rojos, que caen desde el óculo abierto al cielo. Vemos dos grabaciones de dicho momento.



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