sábado, 19 de diciembre de 2015

Belén en el Antiguo Testamento


Belén de Judea [como dice el texto griego de Mat. 2:1, erróneamente corregido por san Jerónimo a Belén de Judá, pensando que en su texto original el evangelista se había conformado al uso del Viejo Testamento (Jueces, 17:7, 19:1; I Sam. 17:12)] es mucho más celebrada que su homónima norteña como el lugar de nacimiento de David y, sobre todo, de Nuestro Señor. La ciudad, que hoy cuenta con unos 10,000 habitantes, casi exclusivamente cristianos, está situada ocho kilómetros al sur de Jerusalén a una distancia muy corta de la carretera Jerusalén-Hebrón, a la mitad de un campo hermosísimo, lo que contrasta favorablemente con el barrio de Jerusalén. Se extiende entre Wadi el Hrobbe al norte y Wadi er-Rahib al sur, a una altitud de 716 metros; la tierra de Moab se vislumbra al sureste, detalle que ha de recordarse al leer la hermosa historia de Rut la moabita, cuyo escenario es Belén. Las principales actividades económicas de Belén son la agricultura y la venta de artículos religiosos; la ciudad es también el mercado de los campesinos y beduinos de las cercanías.

De acuerdo con el texto de Gén. 35:16,19; 48:7, a Belén se relacionaba con la historia de los patriarcas. El sepulcro de Raquel, o Qubbet Ràhil (bóveda de Raquel) como se le llama ahora, aproximadamente 1.6 kilómetros al norte de Belén, aún mostrado a los peregrinos y venerado por los cristianos, mahometanos y judíos, aparece nuevamente en I Sam. 10:2 y Mat. 2:16-18; cf. Jer. 31:15. Como muestra el examen de estos pasajes, la tradición presenta algunas ambigüedades, y los críticos ponen en duda la exactitud del comentario (Gén. 35:19) que identifica a Efratá con Belén, asumiendo que se trata del resultado de una confusión entre Belén-Efratá [Rut, 4:11; Miq. 5:2(1)], es decir, nuestra Belén y otra Efratá localizada en el norte, por lo demás desconocida, o se dan por hechas dos diferentes tradiciones con respecto al sepulcro de Raquel. También en Jueces se menciona a Belén como hogar del joven levita hospedado por Micá (17:7s.) y de una joven (19:1s.) cuya muerte causó la expedición contra la tribu de Benjamín. Sin embargo, en el Viejo Testamento está conectada especialmente con el gran Rey David (I Reyes 16:1 y otros pasajes), y su nombre es dado a las tres cisternas (Bi' Da'ud) que se encuentran al noroeste del pueblo, no muy lejos de la tumba de Raquel. Según Bädeker-Bezinger (p. 91), una tradición que no data de más allá de la última parte del siglo quince, ve ahí la cisterna mencionada en II Reyes 23:14f. y I Crónicas 11:16 y siguientes. Más adelante la ciudad fue fortificada por Roboam (II Crón. 11:6), y Esdras 2:21 [cf. Nehem. 7:26] nos informa acerca del regreso de 123 betlemitas desde el cautiverio.

Enciclopedia Católica

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