sábado, 25 de mayo de 2013

Huellas de san Beda el Venerable


El 25 de mayo, en el Monasterio de Jarrow pasó de este mundo a las manos misericordiosas del Creador san Beda el Venerable, uno de los monjes más significativos del monacato alto-medieval inglés.

Ruinas del Monasterio de San Pablo de Jarrow

El Monasterio de Jarrow formaba parte, junto con el Monasterio de Monkwearmouth, de una fundación monástica que se fue el centro cultural y de enseñanza del reino de Northumbria, en el siglo VII.

Fachada original del Monasterio de Monkwearmouth

Ambos monasterios tuvieron que sufrir los sucesivos ataques de vikingos y normandos, pero ello no fue óbice para que al amparo de sus muros se forjaran generaciones de monjes, entre los cuales destaca Beda. Sin embargo, la disolución final llegó en 1545, durante el reinado de Enrique VIII, cuya turbulenta vida y política desembocó en la ruptura del cristianismo británico respecto a la Iglesia Católica, naciendo así la confesión Anglicana.

Catedral de Durham

La tumba de San Beda el Venerable se encuentra desde en siglo XI en la Catedral de Durham. Estas son las últimas palabras que pronunció Beda, según el cronista, antes de su fallecimiento: Hora es ya de que vuelva a mi Creador, si así le agrada, a quien me creó cuando no era y me formó de la nada. He vivido mucho tiempo, y el piadoso juez ha tenido especial providencia de mi vida; es inminente el momento de mi partida, pues deseo partir para estar con Cristo; mi alma desea ver en todo su esplendor a mi rey, Cristo.

Tumba de san Beda el Venerable - Catedral de Durham

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